martes, 2 de octubre de 2007

La escritora Marisa Azuara defiende el origen aragonés de Cristóbal Colón


El Canal Historia está preparando una serie documental sobre el origen de Colón, basado en las conclusiones de Marisa Azuara.
Durante dos años, Marisa Azuara ha analizado una extensa documentación sobre el descubridor de América que le ha llevado a concluir que descendía por línea materna de las Casas aragonesas de Sástago y Luna.(Zaragoza, 30 de noviembre de 2007).- La escritora alcorisana Marisa Azuara ha presentado las conclusiones de la investigación que ha llevado a cabo sobre el origen de Cristóbal Colón. Dichas conclusiones se recogen en el ensayo histórico, editado por Amares, “Christoval Colón. Más grande que la leyenda”. Por otra parte, el Canal Historia está preparando una serie documental sobre el origen de Colón, basado en las conclusiones de Marisa Azuara. Dicha serie comenzará a grabarse en Aragón el próximo año. Recorrerá toda la geografía española e italiana relacionada con Colón y contará también con los principales investigadores colombistas. Origen aragonés. Marisa Azuara defiende el origen aragonés de Cristóbal Colón por parte de su madre, que era miembro de las Casas aragonesas de Sástago y Luna. Considera, así mismo, que en el descubrimiento de América tiene un papel fundamental la Corona de Aragón. De hecho, las conclusiones de este trabajo se basan en que la mayoría de las investigaciones no han tenido en cuenta que en el siglo XV la Corona de Aragón era un estado soberano que se extendía por el Principado de Cataluña y los Reinos de Aragón, Mallorca, Valencia, Sicilia, Córcega, Cerdeña y Nápoles. Según Marisa Azuara, el nombre primigenio de Cristóbal Colón es Christoval Picolomini de Sena. Nació en 1436 en Cerdeña. Su padre era Salvador Picolomini de Sena y su madre Isabella Alagón d’Arborea. Por la rama paterna procedía de los Picolomini, los Colombini y los Sarrazini de Siena, mientras que por la materna lo hacía de las Casas aragonesas de Sástago y Luna y de las ginovesas Doria Cappai y D’Arborea. Una larga investigación. Marisa Azuara ha dedicado los dos últimos años a buscar, estudiar e indagar cuantos textos ha logrado encontrar sobre el descubridor y el Descubrimiento. Para ello ha reunido numerosos estudios, documentos y genealogías relacionadas con el personaje, y que en muchas ocasiones no se habían tenido en cuenta o habían sido analizados partiendo de la base de que la unión de las Coronas de Castilla y Aragón se había producido en tiempos de los Reyes Católicos. Dicha unificación, no obstante, no se realizó hasta el reinado de Felipe V, detalle que pone en entredicho algunas de las teorías sobre el origen de Colón defendidas hasta ahora. Entre las fuentes sobre las que ha trabajado destaca el Archivo Histórico de Cagliari, el Archivo de la Corona de Aragón, el Archivo Simón Guillot de Alghero, el Archivo Histórico de Oristán, el Archivio Storico Siciliano, la base documental de la Asociación Heráldica y Genealógica de Cerdeña y el Archivo Histórico de Turín. El origen de esta investigación parte de un trabajo que una rama de la familia De Ena, originaria de Sicilia y posteriormente asentada en Cerdeña y en Aragón, encarga a Marisa Azuara sobre su linaje. Analizando los documentos que para este fin le proporcionaron, se percató de dos cuestiones que más tarde le ayudarían en su investigación sobre Colón: 1. en el siglo XV los documentos oficiales en Cerdeña se escribían en castellano antiguo. 2. en aquella época, en Cerdeña, a ciertos sardos se les denominaba ginoveses, si su linaje procedía del Ginovesado (territorio que incluía el Ducado de Ginebra, Piamonte y República de Génova así como los feudos de Quio, Córcega, Cerdeña, Sicilia y Nápoles), mientras que a otros se les catalogaba como catalanes, si procedían de la Corona de Aragón. Lo que en principio parecía una simple “anécdota” o “casualidad”, fue el hilo del que tiró Marisa Azuara para ir desentrañando una de las incógnitas más estudiadas de la historia: el origen de Cristóbal Colón. Indicios1.- Hasta el S. XIX todos los textos que hablan sobre Cristóbal Colón, incluidos los que escribieron él mismo y su hijo Hernando, coinciden en señalarlo como “genovés” o “ginovés”. Según Azuara, durante el S. XV se denominaban genoveses o ginoveses tanto a los habitantes del Ginovesado (Ducado de Ginebra, Piamonte y República de Génova) como a los de los feudos que había conquistado y que seguían siéndole leales (Quio, Córcega, Cerdeña, Sicilia y Nápoles), a pesar de que su titularidad correspondiera a otro estado. Así ocurría con gran parte de la isla de Cerdeña que, aunque el Papa Bonifacio VIII se la había otorgado a Jaime II de Aragón, no había podido ser anexionada en su totalidad (este hecho no se produciría legalmente hasta 1478). 2.- “Vir ligur”. Otra de las denominaciones que sus contemporáneos daban a Cristóbal Colón era la de “Vir ligur”, o Barón de la Liguria. La Liguria era un territorio que se extendía entre el Ródano y el Arno, que incluía el Ginovesado y el Milanesado. Por lo tanto, llamar a Colón “Vir ligur” vendría a ser lo mismo que denominarlo ginovés y seguiría refiriéndose al Ginovesado y a los territorios conquistados por los Genoveses. 3.- “Mis señores naturales” Los Reyes Católicos, en los documentos que le extendieron, designaban a Cristóbal Colón súbdito suyo. Del mismo modo, el descubridor se reconocía vasallo de Don Fernando y Doña Isabel cuando los llamaba “mis señores naturales”, expresión que implica que había nacido en un territorio regido por la Corona de Aragón o por la de Castilla. Dado que en los documentos castellanos se denomina a Colón “extranjero”, se deduce que en la Corona de Castilla no se le consideraba natural de este territorio. Por lo tanto, Colón tiene que considerarse vasallo de la Corona de Aragón. Si a esto añadimos que Colón solamente hablaba castellano mezclado con palabras catalanas y latín, las posibilidades quedan reducidas al reino de Aragón (la actual Comunidad Autónoma de Aragón) y Cerdeña ya que sólo en estos territorios de la Corona de Aragón se aplicó la ley impuesta por Fernando I de Antequera que obligaba a utilizar el castellano como lengua oficial.Si, además, consideramos que en el reino aragonés no había ginoveses, la única opción posible es la isla de Cerdeña. 4.- El escudo de armas. Los Reyes Católicos concedieron a Colón un escudo de armas dividido en cuatro cuarteles: un castillo por el reino de Castilla, un león por el reino de León, las islas que conquistara y “las armas que tú traías”. Éstas últimas ocupaban el cuarto cuartel. El navegante colocó en dicho lugar cinco áncoras, es decir, las Armas de un Almirantazgo. Este hecho, junto a la frase que le escribió a la aya del príncipe Don Juan, Juana de Torres: “Yo no soy el primer Almirante de mi familia”, sitúa al descubridor en el entorno de un Almirantazgo. Pero, en el escudo de Colón las áncoras se encuentran colocadas cabeza abajo; un detalle que posteriormente sus sucesores se esforzaron en rectificar. En heráldica, a esta colocación se la denomina “escusón de infamia” e implica que dichas armas estaban degradadas por crimen de felonía y lesa majestad. En aquellos años sólo había un Almirantazgo que se encontrase en tal situación, el del Grande Almirante de Cerdeña Juan Picolomini de Sena, apresado en el castillo de Játiva por apoyar la rebelión de su suegro el Giudice D’Arbore, Leonardo Alagón. Por tanto, Cristóbal Colón tenía que pertenecer forzosamente a la familia Picolomini de Cerdeña. Según la Jurisdicción que se aplicaba en la época, esta sentencia por traición afectaba a todos los miembros de la familia y comportaba graves consecuencias jurídicas. La más importante: imposibilitaba a cualquier Picolomini de Sena para tener propiedades, cargos y títulos en los estados de la Corona de Aragón o en cualquier empresa en que participara su rey. Este puede ser entonces un motivo más que suficiente para que Colón exigiera que el viaje a América se hiciera en nombre de Castilla. No existe otra explicación para que la Corona de Aragón no pudiese participar en el proyecto, a pesar de que fuera un “aragonés” quien financiara el primer viaje (Luis de Santángel); o fuesen “aragoneses” sus promotores (Rodrigo Borgia, Cristóbal Colón y Fernando el Católico); y sus fiadores (Juan Cabrero, Gabriel Sanxis y Diego de Deza, Confesor de Fernando II de Aragón).5.- El tratamiento de Don. Dicho tratamiento durante la Edad Media y el Renacimiento estaba reservado a los reyes y a sus familiares cercanos. Nadie más podía ostentarlo. Sin embargo, los Reyes Católicos otorgaron a Cristóbal Colón el tratamiento de Don en los Privilegios de Granada. No obstante, lo más curioso no es esto sino que, automáticamente, pasaron a usarlo también sus hermanos y sus hijos sin que mediara concesión alguna para ello. El privilegio de Don en la mayoría de los estados era privativo, del mismo modo que lo sigue siendo en la actualidad en España; es decir, que sólo podía ostentarlo la persona a la que se le había concedido, no así su familia. Sin embargo, sí lo utilizaron los familiares de Colón. Esto sólo puede explicarse por el privilegio de la “Generositá” sarda. Este privilegio les fue otorgado a los sardos por Alfonso V y se diferenciaba del que regía en el resto de los estados en que era un reconocimiento a la nobleza de la sangre, por lo que automáticamente se extendía a todos los parientes del privilegiado, como se produjo en el caso de Colón. La “Generositá” le había sido concedida con anterioridad al Almirante Antonio Picolomini, abuelo de Colón, pero fue perdida para su linaje por la sentencia de felonía que recayó en el Almirante Juan Picolomini de Sena, por lo que resulta razonable que Don Cristóbal exigiese su rehabilitación en las Capitulaciones de Santa Fe. 6.- Los nombres propios no se traducen. Teniendo en cuenta esta premisa, y debido a que el nombre del navegante y sus hermanos aparecen escritos en castellano antiguo (Christoval, Bartolomé y Diego) en todos los documentos probadamente referidos al navegante, tanto en Portugal como en Castilla su nombre de pila tenía que ser éste. Tal nombre sólo era posible encontrarlo en los reinos de Castilla, Aragón y Cerdeña. Descartados Aragón y Castilla por los motivos que se han aducido, de nuevo es Cerdeña la única opción posible. 7.- Limó su apellido. La sentencia de felonía y lesa majestad que recayó sobre su familia fue la causa de que Colón se viese obligado a alterar su nombre y a solicitar un Mayorazgo que diese origen a un nuevo linaje diferente del que provenía. Según Hernando Colón en La Historia del Almirante Don Christoval Colón, el navegante no cambió su apellido sino que lo limó. Esta afirmación, siguiendo la línea argumental de Marisa Azuara, permite deducir que Colón recortó el apellido por delante y por detrás para dejarlo en Colom. [Pi-colom-ini] 8.- La cosmografía de Ptolomeo. Ser un Picolomini de Sena emparentaba al descubridor con los Papas Pío II y Pío III. Ello explicaría que la obra de cabecera de Colón fuese la Historia Rerum Ubique del Papa Picolomini, donde el navegante realizó más de ochocientas anotaciones. Este hecho explicaría también que Don Christoval realizase diversas anotaciones y estampara su firma en el ejemplar de la Cosmographia de Ptolomeo que se imprimió en Roma en 1478 para Pío III. Este ejemplar se encuentra en la actualidad en la Real Academia de la Historia de Madrid y se documenta su trayectoria desde que fue encontrado en la Biblioteca de los sucesores del Almirante Don Álvaro de Bazán. Teniendo en cuenta que todas las posesiones de los Alagón de Cerdeña terminaron en manos de Doña Enmanuela Alagón Bazán, sobrina de la madre de Don Christoval, tal posesión no tiene nada de extraña. 9.- Descendiente de la casa de Sástago. Isabella Alagón d’Arbórea, según la genealogía que se aporta y que custodia la Sociedad Heráldica y Genealógica de Cerdeña, era hija del 9º Señor de Sástago y Pina, Don Artal de Alagón, esposa del segundo hijo del Grande Almirante de Cerdeña, Salvador Picolomini de Sena, y madre de Christoval. Pero también era hermanastra del 10º Señor de Sástago Alonso Alagón.Como certifica Miguel Ángel Motis Dolader, profesor de Historia de la Universidad San Jorge de Zaragoza, en su obra El Linaje de los Santángel, Don Alonso Alagón, Señor de Sástago y Pina, fue encausado por la Inquisición de Zaragoza, en el proceso que se siguió tras el asesinato del inquisidor Pedro de Arbués, junto a los familiares de Luis de Santángel, de Gabriel Sanxis y de Juan Cabrero. En este juicio se encuentran las claves para entender por qué las primeras cartas que Colón escribió a su regreso del primer viaje al Nuevo Mundo las enviase a Luis de Santángel y a Gabriel Sanxis. También que fuese Santángel, un converso aragonés, funcionario de la Corona de Aragón, quien le proporcionase a la reina de Castilla el dinero para llevar adelante el proyecto en los mismos días que la soberana firmaba el Decreto de Expulsión de los judíos. 10.- Coincidencia entre los nombres de los descendientes de Colón y los ascendientes de Salvador Picolomini de Sena e Isabella Alagón. Uno de los detalles que llama muchísimo la atención es que todos los nombres de los nietos de Colón se corresponden con los de los antecesores inmediatos de las familias Picolomini de Sena y Alagón de Arbórea. Marisa Azuara, después de repasar cientos de genealogías italianas y españolas, no ha encontrado un caso similar a éste.