domingo, 14 de septiembre de 2008

Comenta: Gella, reina de los lestrigones de Sicilia


20:30 HORAS -AÑO 8 - MES OCTAVO - DÍAS 16 y 24.


Tenemos una cita en las Escuelas que parece prometer. Este año, el programa del XIII Verano Cultural nos quiere sorprender con dos sesiones de vídeos y fotos de un pasado “más o menos reciente “, de la mano de Prudencio Peña.

Testigo directo de excepción de la idiosincrasia de todo un pueblo, este valdeandino supo adelantarse al momento y con una amplia visión de futuro consiguió detener el tiempo con la ayuda de tres fieles aliados: un magnetofón, una cámara de fotos y otra de vídeo.

Pero si la tecnología contribuyó a ello, su empeño por querer dejar constancia de lo que entonces vio y vivió hicieron el resto. Y con ello consiguió algo tremendamente valioso: hacer sobrevivir el ayer al paso de los años. Todo un reto.

Siempre he pensado que una idea, una imagen, una palabra, un gesto, un indicio...realmente adquieren valor y toman forma cuando se hacen visibles, cuando conseguimos proyectarlas a los demás, cuando los otros tienen la oportunidad de ofrecer su punto de vista... y eso es lo que, en definitiva, ha conseguido Prudencio Peña. El ha hecho triplete, porque triple ha sido su mérito: no ha querido dejar pasar la oportunidad de despertar parte de nuestro pasado, se ha esforzado por recuperar la memoria de nuestro pueblo y ha tendido puentes para poder interpretar el hoy y el mañana. ¡Mi enhorabuena por ello!

Sin embargo, seamos agradecidos y compartamos méritos. Porque tanta puesta en escena y tanto calado no hubieran sido efectivos sin la presencia de un elemento imprescindible: me refiero a ese público incondicional que abarrotaba el salón, un público totalmente entregado que supo acompañarle, arroparle, aplaudirle, corresponderle. ¡Mi enhorabuena también por ello!

Y hablando de asistentes, algunas ausencias fueron notables. Resulta sorprendente que no hubiera juventud: ¿dónde estaba?, ¿no les interesaba?, ¿la presentación era cosa exclusiva de mayores?, ¿por qué eludieron las huellas del pasado? ¡Está claro que estos nuevos urbanitas se mueven con parámetros diferentes a los nuestros!

Siguiendo con el encuentro, para aquellos que no quisieron o no pudieron acudir, les puedo asegurar que fue todo un triunfo. Una sobrada colección de imágenes e instantáneas cuidadosamente seleccionadas y recuperadas para la ocasión hicieron las delicias de los presentes. Tuvimos la oportunidad de subirnos a la máquina del tiempo para viajar por escenarios y lugares donde hace años otros fueron los protagonistas y ahondamos en las características diferenciadoras del ayer y del hoy. ¡Toda una sorpresa!

Fue emocionante ver desfilar a familiares, a amigos, a vecinos... conseguimos ponerles nombres a las caras; nos hicieron sonreír los peinados y las ropas del entonces; recordamos con nostalgia a los que formaron parte de nuestras vidas; recuperamos paisajes antiguos ( una ermita despoblada de chopos, unos campos tapizados de amapolas ), advertimos la persistencia de algunas tradiciones; comparamos aquellas calles empedradas con las actuales; revivimos momentos únicos en donde la trilla, los machos, los cerdos, las ovejas y otros animales conformaban la realidad; recuperamos el pilón de la fuente y las antiguas agujas del reloj de la iglesia; asistimos al levantamiento de las calles para la acometida de las aguas; compartimos la alegría de la fiesta; contemplamos impresionantes puestas de sol; acogimos con entusiasmo algunas iniciativas que marcaron las pautas del progreso ( inauguración de la nueva Casa Consistorial, remodelación del muro y torre de la iglesia, iniciación de la concentración parcelaria).. ...todo parecía minuciosamente calculado para avivar la llama del recuerdo...

Si tuviera que elegir sobre qué es lo que más me gustó, señalaría dos cosas sin dudar. La primera, me quedaría con los rostros de asombro de cada uno de nosotros, delatores del ánimo del momento. La segunda, me quedaría con esa sensación de haber constatado que la cultura de la participación ha logrado instalarse en nuestro pueblo. Por lo que desde estas líneas, os animo a seguir aunando esfuerzos para multiplicar fuerzas.

Para finalizar, subrayar las dos reivindicaciones que el conductor de las sesiones apuntó: por una parte, la necesidad de la rehabilitación de los lagares; por otra, el reclamo del pueblo de Valdeande allá donde vayamos. Porque esa semilla que se ha plantado, regado, abonado y cuidado debe brotar con la mayor fuerza posible. ¡Así sea!


Valdeande, a 24 de agosto de 2008.

Gella, reina de los lestrigones de Sicilia

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